EL ABRAZO DEL ALMA




“CAÍ ARRODILLADO Y VI LA IMAGEN DE DIOS DELANTE MÍO”

hay amor
hay dolor
todavía
Casa vacía, Charly García

VÍCTOR DELL'AQUILA: Me amputaron los brazos cuando tenía 12 años. Un accidente. Vivíamos en San Francisco Solano. Yo era muy inquieto. Estaba trepado a un poste de alta tensión y recibí una descarga eléctrica en un brazo, quise ayudarme con el otro y caí como desde quince metros. Después no me acuerdo más nada. Después del accidente tuve que aprender a vivir de nuevo. En el hospital le pregunté al médico: “¿Para qué me deja vivir?”. Él me respondió: “Vos tenés que devolverle la vida a tu vieja”. Parece mentira pero esa fue mi mejor ayuda psicológica.

ERNESTO CHERQUIS BIALO: Don Ricardo Alfieri fue un símbolo inequívoco de arte, esfuerzo, estética y emoción. Era amigo de todos. Perteneció a esa flora casi inextinguible que fueron y son los fotógrafos viscerales.

RICARDO ALFIERI (H): Hasta hace un par de décadas, la gente veía el fútbol a través de los ojos de los fotógrafos de El Gráfico.

VÍCTOR DELL ‘AQUILA: Ese día no encontré a la persona con la que había arreglado e intenté ingresar como discapacitado, pero me dijeron que estaba lleno. Me fui a la platea que está sobre Figueroa Alcorta y un conocido me hizo entrar. Y ahí me fui bien abajo y me senté. Entonces se me prendió la lamparita. Tendría que saltar unos dos metros, algo más. Pero era pendejo, pesaba 50 kilos y tenía un buen estado. Cuando vi que el referí levantó la mano, pasé los pies, flexioné y ¡tac! caí paradito. Pero seguían jugando, habían adicionado minutos. Entonces caminé despacito y me puse al lado del palo de Fillol. Y cuando tocó pito el juez salí corriendo en busca de alguien a quien abrazar.

RICARDO ALFIERI (HIJO): Mi padre tenía entonces 66 años y no podía salir corriendo a la par de sus colegas más jóvenes. Tenía que encontrar otra cosa y de pronto la vio.

RELATO DE JOSÉ MARÍA MUÑOZ: Fiyol está en el piso desmayado. Tarantini llora con él. Ingresa el público a la cancha.

UBALDO FILLOL: Terminó el partido y cerca de la medialuna del área se me aflojaron las piernas. Caí arrodillado, me cruzo los brazos y tengo la imagen… la imagen de Dios delante de mí. Tuve un diálogo con él. Un diálogo de agradecimiento. Yo no había planificado nada de eso, me conecté con Dios. Nunca me pasó en la vida.

ALBERTO TARANTINI: Me arrodillé, me persigné. Eso fue lo primero que hice. Me levanté y me fui para la mitad de la cancha. No sé ni cómo hice ni por qué pero volví hacia el lado de nuestro arco. Lo vi a Fillol, arrodillado en el suelo, rezando. Y fui hacia él.

VÍCTOR DELL’ AQUILA: Me metí corriendo en el campo de juego. Al primero que fui a buscar fue a Tarantini, que era prácticamente el único de Boca que estaba jugando. Lo veo que frena su carrera hacia la mitad del campo, gira y va hacia Fillol, que estaba arrodillado.

UBALDO FILLOL: Tarantini se arrodilló delante de mí y me abrazó. Ahí llegó un chico al que le faltaban los dos brazos y se tiró encima nuestro.

VÍCTOR DELL’ AQUILA: Cuando lo estoy alcanzando a Tarantini, él se tira y se abraza con el Pato. Los vi abrazados y quise compartir esa alegría que ellos nos dieron. Fueron segundos. Al balancearme y frenarme para abrazarlos con el cuerpo, con la cabeza, apoyándome en ellos como una forma de saludarlos, los brazos del sweater salieron hacia adelante.

FABIÁN MAURI: 
Don Ricardo, solito, se agachó apenas y disparó. Fillol se abrazaba a sí mismo, Tarantini parecía consolarlo, don Ricardo volvió a disparar y siguió disparando.

UBALDO FILLOL: 
Obviamente que en el momento no me di cuenta de su presencia, pero siempre estaba por ahí don Ricardo. Sus fotos eran gloriosas. Era inconfundible su presencia, siempre el pañuelo amarillo en el cuello y sus dos cámaras colgando.

VÍCTOR DELL'AQUILA: No pensé ni en la foto ni en nada. Estaba festejando un título del mundo.

FABIÁN MAURI: En la urgencia del cierre, la foto pasó inadvertida. No así la primera foto de la secuencia, la que registraba el abrazo entre Tarantini y Fillol, que se publicó a doble página con el epígrafe: “Sí, Pato, somos campeones!”

RICARDO ALFIERI (H): Después saca otras fotos y ni siquiera él mismo se acordó de ésa a la hora de elegir las tomas para la edición del día siguiente. A los pocos días, la rescató. La sorpresa llegó cuando reveló el material y se dio cuenta de lo fantástico del hecho.

FABIÁN MAURI: Recién el martes 27 don Ricardo Alfieri, de nuevo en el laboratorio, revisando sus negativos, descubrió que había sacado un fotón. Un joven sin brazos, con las mangas largas de su pullover flameando en la noche se acercaba a Fillol y Tarantini para sumarse a un abrazo materialmente imposible para él.

RICARDO ALFIERI (H): Y cuando vio la foto Osvaldo Ardizzone[1], su gran amigo, le puso el título. Eso fue mucho después, al presentar la foto para el concurso que se hizo acá sobre el Mundial 78. Osvaldo era un poeta, era muy culto, muy inteligente, y al ver al chico sin brazos lo llamó “El abrazo del alma”: Víctor, al no poder darlo físicamente, lo abraza con el alma y ahí fue el bautismo. Entre tres mil presentadas, la foto ganó el concurso Cannon como la mejor del Mundial.

VÍCTOR DELL’ AQUILA: Esa imagen me ha dado muchas satisfacciones. Sin querer, una foto por un problema físico me llevo a estar en un recuerdo imborrable, en algo histórico.

FABIÁN MAURI: Tuve la suerte años más tarde de trabajar codo a codo con Don Ricardo en las canchas argentinas y escuché a muchos padres del otro lado del alambrado comentarle a sus hijos: “¿Ves ese fotógrafo de pañuelo amarillo al cuello? Es don Ricardo Alfieri, el que sacó “El abrazo del alma”.

[1] Osvaldo Ardizzone hacía un par de años que trabajaba en la competencia, en la Revista Goles. A pesar de que la leyenda sostiene que fue él quien bautizó a la foto, esta lejanía hace que la versión sea improbable.

***

“CADDI IN GINOCCHIO E VIDI L'IMMAGINE DI DIO DAVANTI A ME”.

c'è amore
c'è dolore
ancora

  - Casa vacía, Charly García

VÍCTOR DELL'AQUILA: 
Mi hanno amputato le braccia quando avevo 12 anni. Un incidente. Vivevamo a San Francisco Solano. Ero molto irrequieto. Mi stavo arrampicando su un palo dell'alta tensione e ho preso una scossa elettrica a un braccio, ho cercato di aiutarmi con l'altro e sono caduto da una quindicina di metri. Non ricordo nulla di quello che è successo dopo. Dopo l'incidente ho dovuto reimparare a vivere. In ospedale chiesi al medico: “Perché mi lasciate vivere? Mi rispose: “Devi ridare la vita a tua madre”. Sembra incredibile, ma quello è stato il mio migliore aiuto psicologico.

ERNESTO CHERQUIS BIALO: 
Don Ricardo Alfieri era un simbolo inconfondibile di arte, fatica, estetica ed emozione. Era amico di tutti. Apparteneva a quella flora quasi inestinguibile che erano e sono i fotografi viscerali.

RICARDO ALFIERI (H): 
Fino a un paio di decenni fa, la gente vedeva il calcio attraverso gli occhi dei fotografi di El Gráfico.

VÍCTOR DELL'AQUILA: 
Quel giorno non ho trovato la persona con cui mi ero accordato e ho cercato di entrare come disabile, ma mi hanno detto che era tutto pieno. Sono andato al cancello di (avenida) Figueroa Alcorta e un conoscente mi ha fatto entrare. Da là sono sceso e mi sono seduto. Poi mi si è accesa la lampadina. Dovevo saltare circa due metri, qualcosa di più. Ma ero un ragazzino, pesavo 50 chili ed ero in buona forma. Quando ho visto l'arbitro alzare la mano, ho messo i piedi in mezzo, ho flesso il corpo e wham, sono atterrato in piedi. Ma stavano ancora giocando, avevano aggiunto dei minuti di recupero. Così ho camminato lentamente e mi sono messo vicino al palo di Fillol. E quando l'arbitro ha fischiato sono corso via in cerca di qualcuno da abbracciare.

RICARDO ALFIERI (FIGLIO): 
Mio padre aveva 66 anni all'epoca e non poteva scappare con i suoi colleghi più giovani. Doveva trovare qualcos'altro e all'improvviso lo vide.


Racconto di JOSÉ MARÍA MUÑOZ: 
Fillol è a terra in preda a uno svenimento. Tarantini piange con lui. La folla entra in campo.

UBALDO FILLOL: 
La partita è finita e vicino alla linea di metà campo dell'area di rigore mi cedono le gambe. Sono caduto in ginocchio, ho incrociato le braccia e ho avuto l'immagine... l'immagine di Dio davanti a me. Ho avuto un dialogo con lui. Un dialogo di gratitudine. Non avevo programmato nulla del genere, mi sono connesso con Dio. Non mi era mai successo in vita mia.

ALBERTO TARANTINI: 
Mi sono inginocchiato, mi sono fatto il segno della croce. È stata la prima cosa che ho fatto. Mi sono alzato e sono andato in mezzo al campo. Non so come ho fatto o perché, ma sono tornato al lato della nostra porta. Ho visto Fillol, inginocchiato a terra, che pregava. E sono andato verso di lui.

VÍCTOR DELL'AQUILA: 
Sono corso in campo. Il primo che andai a cercare fu Tarantini, che era praticamente l'unico giocatore del Boca a giocare. L'ho visto interrompere la sua corsa verso la metà del campo, girarsi e andare verso Fillol, che era inginocchiato.

UBALDO FILLOL: 
Tarantini si inginocchiò davanti a me e mi abbracciò. Arrivò un ragazzo a cui mancavano entrambe le braccia e ci saltò addosso.

VÍCTOR DELL'AQUILA: 
quando stavo raggiungendo Tarantini, lui è saltato giù e ha abbracciato Pato. Li ho visti abbracciarsi e ho voluto condividere la gioia che ci hanno dato. Ci sono voluti pochi secondi. Mentre ondeggiavo e rallentavo per abbracciarli con il corpo, con la testa, appoggiandomi a loro per salutarli, le maniche della maglia si sono protese.

FABIÁN MAURI: 
Don Ricardo, tutto solo, si è accucciato a fatica e ha scattato. Fillol si abbracciava da solo, Tarantini sembrava come consolarlo, Don Ricardo scattò di nuovo e continuò a farlo.

UBALDO FILLOL: 
Ovviamente all'epoca non lo notai, ma Don Ricardo era sempre nei paraggi. Le sue foto erano splendide. La sua presenza era inconfondibile, sempre con un foulard giallo al collo e le due macchine fotografiche appese.

VÍCTOR DELL'AQUILA: 
Non ho pensato alla foto o ad altro. Stavo festeggiando un titolo mondiale.

FABIÁN MAURI: 
Nell'urgenza della chiusura, la foto è passata inosservata. Non così la prima foto della sequenza, quella che riprende l'abbraccio tra Tarantini e Fillol, pubblicata a doppia pagina con la didascalia: “Sì, Pato, siamo campioni!

RICARDO ALFIERI (Jr): 
Poi scattò altre foto e non si ricordò nemmeno di quella quando scelse gli scatti per l'edizione dell'indomani. Qualche giorno dopo l'ha recuperata. La sorpresa è arrivata quando ha sviluppato il materiale e si è reso conto di quanto fantastico fosse.

FABIÁN MAURI: 
Solo martedì 27 Ricardo Alfieri, tornato in laboratorio a controllare i negativi, scoprì di aver scattato una fotina. Un giovane senza braccia, con le lunghe maniche del pullover che svolazzavano nella notte, si avvicinava a Fillol e Tarantini per unirsi in un abbraccio per lui materialmente impossibile.

RICARDO ALFIERI (Jr.): 
E quando Osvaldo Ardizzone [1], suo grande amico, vide la foto, le diede il titolo. Questo avvenne molto più tardi, quando presentò la foto per il concorso che si tenne qui per i Mondiali del '78. Osvaldo era un poeta, era molto colto, molto intelligente, e quando vide il ragazzo senza braccia lo chiamò “L'abbraccio dell'anima”: Victor, non potendo darlo fisicamente, lo abbraccia con la sua anima e quello fu il battesimo. Su tremila foto presentate, la foto ha vinto il concorso Cannon come la migliore di quel Mondiale.

VÍCTOR DELL'AQUILA: 
Quell'immagine mi ha dato molta soddisfazione. Senza volerlo, una foto dovuta a un problema fisico mi ha portato a essere in un ricordo indelebile, in qualcosa di storico.

FABIÁN MAURI: 
Anni dopo, ho avuto la fortuna di lavorare fianco a fianco con Don Ricardo sui campi argentini e ho sentito molti genitori dall'altra parte della rete dire ai loro figli: “Vedete quel fotografo con la sciarpa gialla al collo? È Don Ricardo Alfieri, quello che ha scattato “El abrazo del alma”.


[1] Osvaldo Ardizzone lavorava nel concorso da un paio d'anni, presso la Revista Goles. Anche se la leggenda vuole che sia stato lui a battezzare la foto, questa lontananza rende improbabile la versione.

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