La última pared del Flaco Menotti con la Selección


ILUSTRACIÓN: JUAN SALATINO

Cuando nadie confiaba en Scaloni, cuando todos coincidían en que no tenía experiencia, el Flaco Menotti le pidió una entrevista a Chiqui Tapia y con pocas palabras lo convenció de que debía seguir. En este fragmento del libro “Menotti, el primero” se reconstruye ese encuentro iniciático donde nació la Scaloneta.

20 Apr 2025
Perfil (Domingo)

Menotti inicia su nuevo cargo en la AFA como director de Selecciones. “¿Qué vas a hacer con este muchacho?”, le dice Rubén Rossi durante un almuerzo en la Escuela de Entrenadores fundada un año antes. Se refiere a Scaloni, claro. “¿Cómo qué voy a hacer?”, repregunta el Flaco. “¿Va a seguir?”, insiste Rossi. “¿Y por qué no?”. “¿Pero cuál es la experiencia que tiene?”, sigue Rossi. Y el Flaco lo apura: “¿Quién tiene experiencia? Sacá de la lista a Bielsa, Basile y Pekerman”.

Menotti está hablando mucho con Scaloni. En su cuerpo de colaboradores, además de Aimar, están Walter Samuel y el Ratón Roberto Ayala, y entre todos “tienen doscientos partidos con la Selección”. Dice que hay que respaldarlos, dejarlos trabajar, que tienen el compromiso de jugar bien. Rossi escucha casi sin creerle. “Está diciendo cualquiera”. Pero no cuestiona. Le tiene “respeto supremo” a Menotti. Y dirá que el Flaco tenía razón. Que el tiempo, como decía el propio Menotti, “trabaja para la verdad”.

En marzo, la Selección de Scaloni sufre un golpe duro. Justo en el regreso de Messi, luego de nueve meses, la Argentina cae 3-1 ante Venezuela en un amistoso en Madrid. Menotti considera lógico el resultado, porque la Selección es un equipo en formación. “No sé lo que quiso hacer”, dice, también, sobre Scaloni. Ya no es el francotirador crítico de todo. Ahora es director de

Selecciones. Sus declaraciones pegan fuerte. Algunos medios inventan que Menotti habló con Marcelo Gallardo, superexitoso en River, el DT que buena parte del aparato mediático reclama para la Selección. Ya Diego Simeone y Mauricio Pochettino, supuestamente, habían rechazado sondeos. Se habló hasta de Guardiola. Así llega la Selección a la Copa América de Brasil. Junio 2019. Tras un inicio difícil, Argentina termina tercera, derrotada por Brasil en semifinales. Desde la pantalla de Fox, Oscar Ruggeri, bilardista puro, campeón en México 86, es la voz más ruidosa. Y apunta específicamente contra el Flaco. Le dice “vago”, “versero”. Le pide que renuncie.

“Presidente, ¿está para tomar un café?”, llama Menotti a Tapia. La reunión es otra vez en Viamonte. Hablan de la Copa América que acaba de terminar, de la Selección y de Scaloni. “¿Es tu técnico?”, le pregunta Menotti, directo. Tapia responde que sí, que está muy bien. “Si es tu técnico, no esperes más”, le dice Menotti. “¿Vos sabés cuánto había dirigido yo antes de llegar a la Selección? ¿Qué experiencia tenía?”. El Flaco piensa que Scaloni no precisa la confirmación formal para pararse ante sus jugadores, porque eso ya lo hace naturalmente. Y que tampoco precisa el respaldo de Tapia, porque sabe que lo tiene. Pero sí que el presidente de la AFA diga que Scaloni es el DT oficial de la Selección hasta Qatar. “Dale lo que necesita para sentirse técnico y encabezar tu proyecto. Él necesita sentirse el DT de la Selección”, le dice el Flaco a Tapia. Y le dice también que Scaloni necesita tener su cabeza, su cuerpo todo, metido en la Selección, no estar conviviendo con los rumores de los medios. “A mí –dice Menotti– me chupa un huevo, porque nunca viví de lo que digan de mí. Nunca fui de los demás, no me llevaron nunca de las orejas ni lo van a hacer ahora con la edad que tengo”.

Tapia, en rigor, tenía clara su decisión sobre Scaloni. Pero sentía que su posición como dirigente todavía no era fuerte. Analizaba los pros y los contras. Tenía miedo. “El que diga que no tiene miedo –me afirmará en 2024– miente. Todos tenemos miedo a algo”. El café con Menotti le da el impulso que estaba precisando para sacarse su propio miedo. No era miedo al fracaso, sino a no hacer lo correcto. Lo llama a Scaloni y le avisa. “Mirá, Gringo, que a partir de hoy sos el técnico de la

Selección argentina hasta que termine el Mundial”. Le cuenta que informará de su decisión al comité ejecutivo y que será comunicada al periodismo. No lo habla con nadie más. En el comité ejecutivo algunos se sorprenden. Le preguntan si está seguro. Dice que sí. La seguridad se la dio Menotti. Tomó la decisión gracias al Flaco. “A partir de ese momento –confesará el presidente de la AFA–, me saqué una mochila de encima”.

A Tapia lo fascina “el timing político” de Menotti. Saber, por ejemplo, cuándo debía dar una entrevista. A veces el Flaco no hablaba con él, pero sí lo hacía con los técnicos. Con Scaloni. Con Pablo Aimar (“tenía admiración por Aimar”). Pero hubo también algo más que eso. El día en que murió Menotti, Tapia lo despidió en sus redes diciendo: “Nos dejaste mucho”. No se refería solo a ese café que empujó la confirmación de Scaloni, sino también a decisiones personales, “que tienen que ver con la vida de cada uno de nosotros”. 

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FICHA TÉCNICA

◆ TÍTULO: Menotti. El primero
◆ AUTOR: Ezequiel Fernández Moores
◆ GÉNERO: Biografía ◆ AÑO: 2025
◆ PÁGINAS: 240
◆ EDITORIAL: Sudamericana
◆ EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES es periodista desde 1978, cuando cubrió el primero de nueve mundiales. Trabajó en distintos medios gráficos. Hizo guiones e investigaciones para documentales de televisión. Es autor de tres libros: Díganme Ringo, Breve historia del deporte argentino y Juego, luego existo.

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