Valdano y Cruyff: «Tráteme de usted»
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Cruyff y Valdano durante el encuentro entre Alavés y Barcelona.
Memoria albiazul
Los cuartos de final de la Copa del Rey ante el Barcelona en 1978 se convirtieron en uno de los momentos culminantes de una época donde el Alavés (1974-1983) buscó sin éxito el retorno a la Primera División
FERNANDO RUIZ DE ESQUIDE
Jueves, 29 noviembre 2018, 10:24
«Increíblemente y cuando ya el tiempo hábil de la primera parte ha transcurrido el señor Gallardo señala un penalti al Alavés por 'caída' de Cruyff dentro del área, engañoso y listo el holandés. Lanza la máxima pena Zuviría marcando el 1-0. Hasta el público catalán se enfada con el árbitro por su parcialidad». Es parte de la crónica que este periódico publicó el 23 de febrero de 1978. Tras una noche donde al equipo albiazul, que militaba en la Segunda División, se le escapó el sueño de alcanzar las semifinales de la Copa del Rey. En el Camp Nou, ante un Barcelona que dos meses después alzaría el título.
De aquella eliminatoria de cuartos de final quedan en la retina alavesista muchos detalles. Como el cabezazo de Eliseo Salamanca para la victoria en la ida (1-0) en un Mendizorroza de césped pesado y gradas volcánicas. La vuelta (2-0) resultó un compendio de polémica y anécdota. La que años después rememoraban Jorge Valdano y Johan Cruyff. Es decir, el exalbiazul campeón del mundo (en México 1986 tras marcar en la final ante Alemania 3-2) y el mito que revolucionó el fútbol.
«Con veinte años a Johan Cruyff se le trata de usted». Fue la respuesta que, según contaba Valdano, le dio su rival. El alavesista, dolido por el penalti que se señaló en una acción entre ambos, se había dirigido al holandés, que mantenía el balón bajo su brazo cuando se atendía a un jugador lesionado sobre el césped. «¿Qué tal si tú te quedas con ese balón y nos das uno a cada uno para que sigamos jugando?», le lanzó. La respuesta forma del álbum de recuerdos albiazules y, por extensión debido al brillo de sus protagonistas, del fútbol nacional.
1. Igartua y Cruyff en el Alavés-Barcelona. 2. Valdano durante el pregón de las fiestas de Vitoria. 3. El argentino golpe el balón en su época alavesista.
Aquellos cuartos de final de Copa, donde en la ida el Alavés ya había reclamado un penalti sobre Salamanca y vio cómo se le anuló un gol de Igartua, se convirtieron uno de los puntos culminantes de una época para el conjunto vitoriano. Concretamente, la que se extendió desde el ascenso a la Segunda División en Las Margaritas de Getafe (1974) y 1983, fecha de un nuevo descenso.
Un equipo albiazul con solvencia económica que buscó con tenacidad, pero sin éxito, el retorno a una Primera División que no pisaba desde 1956. Tampoco llegó en la oportunidad más cercana, aquella campaña 1979-80, ya con Txutxi Aranguren en el banquillo. Una gran temporada empañada en unos meses finales de caída libre que se resumieron en el 0-2 encajado ante Osasuna (con goles de Echeverria y Martín) a tres jornadas de la conclusión de la Liga. Para acabar con cualquier esperanza. La máxima categoría no se pisaría hasta 1998. Esa será otra historia.
La que ahora nos ocupa arrancó un 15 de febrero de 1978 en Mendizorroza. El equipo entrenado por Joseíto formó con: Basauri, Odriozola, Goñi, Zuluaga (Bea, m. 29), Morgado, Igartua, Badiola, Marín, Salamanca, Astarbe y Quiles (Urquía, m. 82). Delante, un equipo de ilustres dirigido por Rinus Michels: Artola, Ramos, Migueli (Macizo, m. 73), Olmo, De la Cruz, Costas (Amarillo, m. 82), Rexach, Sánchez, Cruyff, Carreño y Zuviría. Con «cerca de 20.000 espectadores» en las gradas y una recaudación que se acercó a los ocho millones de las antiguas pesetas.
El 1-0 final, con el tanto de Salamanca en un cabezazo a la salida de un córner, se quedó corto. Al menos así lo entendía el técnico albiazul. «El resultado debió de ser más amplio. Aquella jugada de Quiles que terminó dando en el poste y el gol anulado, que llega después de un autopase de Morgado...», lamentaba Joseíto. Sin olvidar otra acción muy polémica en el área azulgrana. «Fue un derribo con las dos manos por detrás (de Migueli a Salamanca), si eso no es penalti entonces no sé qué se podrá señalar como tal», se quejaba hace cuarenta años el preparador alavesista.
No bastó en el partido de vuelta aquel único tanto para alcanzar las semifinales. Llegó el penalti polémico, el tanto de Zuviría, y después otro de Asensi. En un Camp Nou con cerca de «40.000 espectadores» que recibió al Barcelona con una «tremenda pitada, sobre todo a su ídolo Cruyff». El Barcelona llegaba a aquel partido en 'crisis' después de caer en Mendizorroza y empatar en Cádiz. Quizás Valdano desconocía que no era el mejor día para molestar o tratar de tú al siempre peculiar Johan.
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