Las raíces del Pistolero


6 Sep 2024 - Ovación

Líder. Razones que ubicaron a Luis Suárez en la historia del fútbol uruguayo

|Destacado 
“El título de la Copa América no lo cambio por nada. 
Fue lo más lindo de mi carrera”.

Llegó a la selección para quedarse”, dice la calificación de Luis Suárez en el suplemento Ovación del día después al triunfo de Uruguay ante Bolivia por 5-0 el 13 de octubre de 2007. La tarde anterior, en un Centenario a medio llenar, el Pistolero hizo su primer gol con la selección mayor.

Fue elegido el jugador del partido, le dieron 8 puntos y se llevó la tapa del diario. Para quedar en la historia de la Celeste todavía le faltaba un largo trecho: en ese momento Héctor Scarone era el máximo goleador con 31 goles, Ángel Romano tenía 28 y Óscar Míguez 27. Sebastián Abreu y Diego Forlán, que lo acompañaron en la delantera aquella tarde, tenían 18 y 16 goles respectivamente, pero no cabe duda que el salteño lo terminó logrando, poco menos de dos décadas después.

ÉPICA. Metió la mano en el momento justo para evitar la clasificación de Ghana a las semifinales del Mundial 2010 y su expulsión valió como un gol más entre los tres que hizo. Al año siguiente, apareció con un gol y una asistencia en la final de la Copa América que ganó Uruguay. Estaba ahí. Al acecho. Siempre en el momento justo.

La vida de Luis Suárez siempre estuvo abrazada a los momentos épicos, que dan para un capítulo aparte. Llegó al Mundial de Brasil 2014 tras ser operado de una rodilla y dejó las muletas a las 48 horas de haber pasado por el quirófano. Le hizo dos goles a Inglaterra que fueron

claves en la clasificación de Uruguay a la siguiente ronda.

PERSEVERANCIA. El del viernes será el partido 143 de Luis Suárez con la Celeste, solamente por detrás de Diego Godín en el ranking de los jugadores que más veces vistieron esa camiseta.

En estos 17 años, convirtió 69 goles, y es el máximo anotador de la historia de la selección uruguaya. Además hizo 34 asistencias. La mayoría de los goles fueron en Eliminatorias: 29 en cuatro torneos. Es el jugador uruguayo que más clasificatorias jugó. También anotó 22 goles en amistosos, siete en Mundiales, ocho en Copa América y tres en Copa Confederaciones.

Jugó 11.191 minutos con la camiseta uruguaya. Hizo un gol cada 162 minutos. Además, Suárez es el segundo jugador uruguayo en la historia con más partidos disputados por Mundiales: jugó 16 al igual que Godin y Muslera, el primero es Cavani con 17. También participó en los Juegos Olímpicos en 2012.

ERRORES.

“Mi miedo siempre fue de la imagen que mis hijos tuvieran, como la de 2014 y también la de todos los uruguayos”, dijo Suárez en la conferencia en la que anunció su retiro de la Celeste.

El año 2014 fue quizás el peor año para el delantero uruguayo. Aquel partido contra Italia en Brasil el 24 de junio terminó mal. Suárez mordió al italiano Chiellini y fue sancionado tras el partido. La FIFA le aplicó una sanción inédita: nueve partidos de suspensión con Uruguay, prohibición durante cuatro meses de jugar, entrenar ni ingresar a recintos deportivos y 100.000 francos suizos de multa, unos US$ 110.000 que el propio Suárez pagaría de su bolsillo. Además, a los dos días fue expulsado de Brasil junto a su familia.

FANATISMO. Niños colgados en una reja. Camisetas de Nacional y de Peñarol unidas por una misma causa. Suárez acababa de terminar la conferencia de prensa en la que anunció su despedida de la selección uruguaya y un ejército de pequeños pedía a gritos por él. La generación del futuro, la que no fue testigo de sus mejores años deportivos —porque probablemente recién estaba naciendo—, fue la misma que ese frío lunes 2 de setiembre se acercó al Estadio Centenario con dos misiones: decirle adiós y gracias.

GARRA. Apenas aterrizó en las canchas de Montevideo, se empezó a correr el rumor de que tenía un don especial. Racing y Danubio lo fueron a buscar cuando estaba en el baby fútbol del Urreta, pero el salteño Luis Suárez eligió ir a Nacional, que entrenaba en el viejo Cilindro y le quedaba al doble de kilómetros de su casa. Iba varias horas antes en ómnibus para aprovechar el boleto gratis de la escuela y a la vuelta hacía una caminata eterna desde el monumento a Batlle hasta La Comercial.

La vida lo puso entre la espada y la pared cuando su novia Sofía Balbi se mudó a Europa y quedó a kilómetros de distancia. Se fue de Uruguay y jugó en Inglaterra, España, volvió a Uruguay, Brasil y hoy juega en Estados Unidos.

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