“Pepe” Mujica, el expresidente uruguayo que hizo de la austeridad un legado
Pepe Mujica aquí retratado en su hogar.
14 May 2025 - La Tercera
Marta Quinteros
Conocido como “el presidente más pobre del mundo”, Mujica murió este martes a los 89 años luego de enfrentar un cáncer avanzado. Su estilo de vida sencillo y su discurso anticonsumista lo convirtieron en un ícono mundial de la izquierda.
José “Pepe” Mujica, el exguerrillero que gobernó Uruguay con un discurso anticonsumista que lo transformó en referente de la izquierda latinoamericana, murió este martes a los 89 años. Así lo informó el actual mandatario de ese país, Yamandú Orsi: “Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido”, escribió en su cuenta de la red social X.
Exguerrillero, referente de la izquierda y símbolo de la política austera en América Latina, Mujica fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015. El “presidente más pobre del mundo”, apodo que ganó por su austeridad, reveló en enero que el cáncer de esófago que le fue diagnosticado en mayo de 2024 se extendió y que su cuerpo no soportaba más tratamientos. En sus últimas semanas, presentó metástasis en su cuerpo.
Más temprano este martes, la situación ya era “terminal”, aseguró la esposa y compañera de Pepe, Lucía Topolansky, citada por la radio local Sarandí, al explicar que estaban haciendo lo necesario para que Mujica viviera el último pasaje de su vida “lo mejor posible”.
El domingo pasado, el expresidente se ausentó de las elecciones regionales en las que la izquierda retuvo el poder en Montevideo.
Llamó la atención, puesto que el líder de la izquierda latinoamericana jamás se había perdido una votación desde el regreso a la democracia, en 1985. Pero su esposa explicó que el traslado en vehículo era mucho para él y su doctora le recomendó que no fuera.
El mismo día, el mandatario Orsi, “delfín” de Mujica, había pedido que respetaran la intimidad del exguerrillero. Con todo ello, “sabíamos que podía ser en cualquier momento”, afirmó Agustín Canzani, consultor, sociólogo y académico en la Universidad de la República (Udelar) a La Tercera, minutos después de anunciarse el fallecimiento del exmandatario.
El legado de Mujica
Mujica comenzó su militancia en el Partido Nacional, pero con los años abrazó ideas de izquierda, influido por el marxismo y el anarquismo. En los 60 se unió a los Tupamaros, una guerrilla urbana que luchaba contra la desigualdad y era la más activa del país. Participó en acciones armadas, como robos para financiar al movimiento, y fue detenido varias veces, sufriendo torturas, en especial bajo la dictadura que se instauró en 1973.
Ya en libertad, Mujica se fue a vivir con su compañera Lucía, también ex presa política, y juntos empezaron una vida humilde cultivando flores, cuenta un obituario del diario Folha de Sao Paulo. Ayudó a fundar el Movimiento de Participación Popular (MPP) dentro del Frente Amplio y comenzó su carrera institucional: fue diputado, luego senador, y en 2010 llegó a la presidencia.
Para Canzani, quien conoció personalmente a Mujica a fines de los 90, el mayor legado que éste dejó a Uruguay fue “el aporte a un proyecto nacional de izquierda y progresista que se enriqueció mucho con sus puntos de vista y su forma de ser. Y que además permitió que ese proyecto político fuera conocido fuera de fronteras como quizás ninguno”, en referencia al Frente Amplio.
Consultado sobre cuáles políticas del expresidente uruguayo marcaron un antes y un después en la historia del país, declaró a este medio que Mujica “fue un continuador y también un innovador”.
“Él mantuvo una política económica progresista dentro de cánones relativamente tradicionales, pero con mucha preocupación por la gente más desfavorecida, con mucha preocupación también por sectores a los cuales la izquierda no les había prestado atención, en otro momento, como por ejemplo la gente que vive en el medio rural. Y con mucha apertura a la nueva agenda de derechos que se consolidó durante su mandato”, señaló Canzani.
Para David Altman, académico uruguayo y profesor del Instituto de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el exmandatario “idolatraba la vida en sí misma, y el disfrutar la vida, y descansar, y estar con los amigos. Y eso es lo que nos ha llegado a todos los uruguayos”, comentó a La Tercera.
“El presidente más pobre del mundo”
Caracterizado por su austeridad, cuando era presidente se negó a vivir en la hermosa residencia oficial, la mansión Suárez y Reyes. Prefirió quedarse en su finca, en Rincón del Cerro, un barrio ubicado al oeste de Montevideo, donde disfrutó de cuidar la tierra, manejando un tractor hasta el final de su vida. Siempre que necesitaba ir a la capital, utilizaba su infalible Volkswagen Escarabajo, en el que Lula se dio un paseo durante su visita en 2023.
También donó dos tercios de su salario a un proyecto de vivienda pública. Durante su presidencia, su postura respecto a la seguridad presidencial a menudo se convertía en una humorada. Les hizo pasar un mal rato a sus guardias de seguridad ignorando los protocolos. Era común verlo salir a pasear sin acompañante para comer asado o tomar helado con su esposa Lucía, de 80 años, en restaurantes baratos.
Mujica tenía “una dimensión de consistencia, de vivir en su chacra, de tener a Manuela, la perra con tres patas, que era la mascota de la República en última instancia. A lo que voy es que el viejo tenía See page 26
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