Muere Neeskens, el pulmón de Holanda


PETER ROBINSON (GETTY) / RAÚL CANCIO - Neeskens, en la final del 
Mundial 78 entre Holanda y Argentina, y en el Barça junto a Cruyff en los 70.

Muere Johan Neeskens, mito de Holanda, del Ajax y del Barça
Fue un mito del Ajax y del Barça en los 70 y formó parte de la ‘Naranja Mecánica’

8 Oct 2024 - El País (Cataluña)
ISABEL FERRER La Haya

Fue un mito del Ajax y del Barça en los 70 y formó parte de la ‘Naranja Mecánica’

Johan Neeskens, exfutbolista y entrenador neerlandés que jugó en el Ajax de Ámsterdam y el FC Barcelona junto con su famoso compatriota, Johan Cruyff, en la década de los setenta, falleció ayer en Argelia. Tenía 73 años y se encontraba pasando allí unos días. Según la Asociación Nacional de Fútbol de Países Bajos (KNVB) no se pudo hacer nada por salvar su vida. “La KNVB comunica con gran tristeza la inesperada muerte de Johan Neeskens. Johan fue uno de nuestros mejores representantes. Lo vamos a extrañar enormemente”.

Considerado uno de los mejores jugadores holandeses de la historia, llegó dos veces a la final del Mundial, en 1974 y 1978, como miembro destacado de la Naranja Mecánica, y fue campeón de Europa con el Ajax en tres ocasiones (1971, 1972 y 1973), además de alzar la Liga y la Copa en su país en dos ocasiones. Ganó además la Copa Intercontinental con el equipo de Ámsterdam.

Nacido en Heemstede en 1951, Johannes Jacobus Neeskens empezó jugando al béisbol, pero tras cinco partidos con el Racing Club de su ciudad fue descubierto por el Ajax. En ambos deportes destacó por su fortaleza física y velocidad. Su madre estaba enferma y su padre trabajaba en los altos hornos. Regular como estudiante, era muy bueno en las clases de gimnasia, donde se llevaba todos los premios. En el estadio, su carante pacidad para robar balones en el centro del campo y, sobre todo, para lanzar penaltis eran temidos por sus rivales. Estaba casado con Marlis von Reding, nacida en Suiza, y tenían cuatro hijos.

Los medios neerlandeses recordaban ayer una anécdota para reflejar el carácter respetuoso con sus colegas, a la vez que bromista. En 1971, Willem van Hanegem, un jugador del Feyenoord que estuvo en la selección de su país en el Mundial de 1974, le rompió sin querer la nariz a Neeskens duun partido. Cuando el primero fue operado de amígdalas unas semanas después, recibió de Neeskens una bolsa de cacahuetes. Imposibles de tragar en esas circunstancias, jugó con su apellido diciendo que el regalo era de parte de “de Neus” (la nariz). En lugar de “de Nees…”.

En marzo de este año, Ronald Koeman, actual seleccionador holandés, que pasó también por el Barça, dijo que Neeskens era su jugador “favorito”. “Es increíble que mencione mi nombre habiendo tantos jugadores buenos en nuestro equipo”, contestó Neeskens. Ayer, Koeman reconoció con tristeza que era su “ídolo”. “Cuando jugábamos en la calle, muchos niños querían ser Cruyff; yo siempre quise ser Neeskens”, aseguró.

En el Mundial de 1974, Holanda perdió la final del campeonato contra Alemania Federal. En 1978, fue batido de nuevo, esta vez por Argentina. Neeskens jugó un total de 49 partidos internacionales y marcó 17 goles, uno de ellos, de penalti, en la final alemana. Tras el Mundial se marchó a Barcelona, donde coincidió con Johan Cruyff y acabó siendo apodado “Johan II”. Se hicieron famosos como pareja futbolística y Neeskens contribuyó a ganar la Copa del Rey y una Recopa de Europa. En cinco temporadas con los azulgrana disputó 140 partidos y marcó 35 goles. Luego se marchó a EE UU para jugar con el New York Cosmos, con el que ganó el campeonato nacional en 1980 y 1982. A partir de 1986 estuvo en otros equipos estadounidenses, como el Fort Lauderdale

Sun y los Kansas City Comets. Su regreso a Europa le llevó a Alemania y a Suiza, y colgó las botas como jugador en la temporada de 1990-91, a los 41 años.

Como entrenador, además de colaborar en la selección nacional de su país, fue segundo en el Barcelona, entre 2006 y 2008. El titular era Frank Rijkaard, otro futbolista neerlandés. “Estoy orgulloso de mi carrera futbolística, pero en silencio. La calidez de la gente fue lo más hermoso”, reconoció en 2016.

***

Cruyff era admirado, Neeskens, querido

RAMON BESA

Hay futbolistas que causan admiración, revolucionarios que se convierten en ídolos, ninguno tan influyente para el barcelonismo como Cruyff. Tal era su ascendente que en 1974, un año después de su llegada al Barça, tuvo mucho que ver con el fichaje de Johan Neeskens. Ambos fueron iconos de aquel Ajax triple campeón de Europa, santo y seña de la Naranja Mecánica subcampeona mundial en Alemania 1974 y después pareja de moda del FC Barcelona.

Tiempos en que se hablaba de la “holandización” del Barça después de que el técnico del equipo hubiera sido Rinus Michels (1971-1974). La historia no acabó bien porque los azulgrana no pudieron ganar la ansiada Copa de Europa (1974-1975) después de ser eliminados en semifinales por el Leeds de Billy Bremmer. La derrota señaló a unos cuantos, y no precisamente a Neeskens, que nunca pareció culpable de nada sino víctima de todos, aclamado en cada partido porque se partía el alma y tiraba los penaltis a reventar ante el clamor de la hinchada del Camp Nou.

Cruyff era admirado, Neeskens era querido, por más que algunos le conocieran como el otro Johan o Johan II. Neeskens murió de improviso y muchos barcelonistas sintieron un pinchazo en el corazón por aquellos años vividos, cuando había división de opiniones en el estadio, porque unos se habían acostumbrado a pitar a los futbolistas selectivos en el esfuerzo mientras otros aclamaban a los esforzados, la división de toda la vida; a un lado los Pujolet y al otro los Martí Filosía o Rexach. Neeskens no dividía, sino que era invocado y coreado repetidamente en el Camp Nou.

El grito de “Neeskens sí, Núñez no” todavía resuena en algún rincón de la Plaça Sant Jaume, escenario de las celebraciones culés, por supuesto también de la Recopa de Basilea 1979. El presidente, elegido en 1978, se mostró tan sorprendido que amenazó con dimitir, enfadado por el rechazo de la afición, que desaprobaba la salida de Neeskens después de saber del fichaje de Allan Simonsen en 1979. Neeskens rompió a llorar desconsoladamente, se abrió la camisa y tiró su corbata a los hinchas en pleno festejo por aquel título que muchos azulgrana no cambiarían por una Champions. Más de 35.000 seguidores se desplazaron hasta Basilea en un viaje iniciático por Europa para muchos catalanes que exhibieron desacomplejadamente sus senyeres en el Saint Jakob Stadion. Las calles de Barcelona se llenaron el día después para recibir a los campeones hasta desbordar finalmente la Plaça Sant Jaume. El foco se puso en Neeskens mientras el presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, intentaba convencer a Núñez para que no abandonara el palco del Camp Nou. Núñez siguió hasta el 2000 y Neeskens se fue con aquella Recopa y una Copa ganada en 1978.

Neeskens vivió el barcelonismo atrapado entre Cholo Sotil y Simonsen. “¡Mamá campeonamos¡’” soltó Sotil por uno de los teléfonos del Molinón después de ganar la Liga 1973-74. Aquel maravilloso equipo de Cruyff aspiraba a dar un salto de calidad la temporada siguiente para ganar la Copa de Europa. Así se explica el fichaje de Neeskens después que el club asegurara tener la garantía de la federación de que podría mantener también la inscripción de Sotil. El peruano se quedó un año sin jugar, ni como extranjero ni como oriundo, y el Barça perdió con los dos Johan. No hubo reproches para Neeskens. Muchos de los que se sentían futbolistas jugaron mucho tiempo con aquellas tobilleras blancas que enseñó Neeskens. Multitud de seguidoras azulgrana llevaban en su monedero una fotografía de Neeskens. Y los hubo también que por vez primera se dejaron las patillas tan largas y la melena igual de recortada que Neeskens. El olor de Cruyff fue tan inconfundible como el sudor de Neeskens.

Commenti

Post popolari in questo blog

Dalla periferia del continente al Grand Continent

Chi sono Augusto e Giorgio Perfetti, i fratelli nella Top 10 dei più ricchi d’Italia?

I 100 cattivi del calcio