El periodista que dejó todo para ser el Director de Fútbol de Banfield



"Acá somos como el productor agropecuario, mientras sembramos somos austeros con lo que comemos, pero cuando cosechamos nos ordenamos económicamente”, cuenta Carlos Carpaneto.

Germán Bellizzi - 08/11/2021 12:44 pm

Su rutina durante mucho tiempo estuvo ligada al periodismo. Desde chico supo que quería dedicarse a la Comunicación. En él no hubo crisis vocacional, ya que su sueño era ser periodista. Estudió para esto y tuvo la posibilidad de trabajar por más de 20 años en distintos medios. Hasta que un día aceptó la convocatoria para cumplir un rol dirigencial en Banfield, el club de sus amores. Es que sus raíces tienen que ver con Peña y Arenales: su abuelo, su papá y su hermano mayor lo hicieron hincha del Taladro.

El protagonista de esta nota es Carlos Carpaneto, actual Director de Fútbol Profesional de Banfield. Producto de su nueva función, ahora es quien recibe las preguntas, para después elaborar cada una de las respuestas. "Yo a Eduardo Spinosa lo conozco de toda la vida, de ir a la tribuna. A él y a un montón de los que hoy son dirigentes del 2012 para acá. Cuando gana las elecciones después de una debacle deportiva, económica e institucional, me llama y me dice 'necesito que me vengas a dar una mano porque el club está incendiado'. Y en el periodo que va del 2012 al 2015, trabajaba en Banfield dando una mano, pero también en el diario. Después de ese año comencé a trabajar full time en el club. Me tomé una licencia en Olé, pero a los tres días ya sabía que no iba a volver. Los primeros tiempos me dediqué al área de Comunicación, y desde 2018 con la presidencia de Lucia Barbuto, ocupé el puesto que hoy tengo como Director de Fútbol”, rememora.

- ¿Te costó dejar el periodismo?

- La verdad que no, porque desde que tengo uso de razón siempre dije que quería ser periodista y es como que ese sueño lo pude cumplir. Sentí que en un momento mis aspiraciones periodísticas las había cumplido por el lugar donde trabajé, por los eventos que me tocó cubrir, o los personajes que pude entrevistar. Por otro lado, sentía que al periodismo le daba mucho tiempo, y veía que no me devolvía lo mismo, y esto no solo por lo económico, sino por el tiempo que pierde uno con la familia, con los amigos.

- ¿Cuál es la diferencia entre ser manager, secretario técnico y director deportivo?

- No es lo mismo, a veces la diferencia es solo semántica. El director deportivo ocupa un cargo gerencial y es responsable de un montón de cosas que hacen a la gestión. Y el área deportiva es una de ellas. El secretario técnico es alguien que debe ejecutar lo que la comisión directiva y el director deportivo deciden como los lineamientos adecuados para cumplir un proyecto. Por ejemplo, el perfil que tendría acá en Banfield, es el de encargarse de ordenar el scouting extendido en el año y no solo en los meses de mercado. Generar una interacción más importante con el fútbol juvenil. Desarrollar relaciones con otros clubes del extranjero para que no se produzca una crisis de crecimiento, que es cuando vos sacas tantos jugadores de inferiores y no tenés espacio en tu plantel profesional. Y la figura del manager es alguien que inevitablemente tuvo un recorrido futbolístico, porque el medio te lo demanda, y se concentra más en cuestiones que tienen que ver con la conformación del plantel profesional y con la injerencia de todo lo que es la estructura formativa del club. En todos los clubes donde hay un manager, la figura del director deportivo está, pero es más administrativa. En una estructura ideal, seguro vas a tener un director deportivo, un manager y un secretario técnico.

- ¿Y cuál es tu función como director de Fútbol Profesional?

- Mi trabajo tiene que ver con un cúmulo de cosas que hacen a la gestión deportiva, como cuestiones contractuales, pagos, impuestos, logísticas, indumentaria, entrenamiento, comida. Un montón de cuestiones que son mi responsabilidad, y que cuando uno ve el partido no se percibe todo el trabajo que hay detrás.

- Desde tu rol de director, ¿participas en las contrataciones?

- En épocas de mercado participo activamente del scouting, puedo llegar a dar mi opinión, o también por mi recorrido en el club, puedo dar mi parecer sobre algún chico de las inferiores. Pero de ninguna manera puedo ponerme a la par de un entrenador que tuvo un largo camino como futbolista. Puedo dar mi visión cuando me preguntan sobre el tema. Antes los entrenadores pedían más nombres hoy piden más perfiles. Un entrenador te dice: “tengo que reforzar esta zona y para eso necesito este tipo de jugador”. Ahí surgen los nombres, pero después como producto del trabajo de scouting comenzás a aportar las opciones. Entre ellos puede ser un valor de inferiores. La verdad que el proceso desde que detectas un jugador hasta que finalmente lo registras, requiere de muchos pasos. Y en este trabajo, por cometer algún error, corres siempre el riesgo de salir en la tapa de los diarios.

- ¿Los periodistas sabemos de fútbol?

- Yo creo que el periodismo sí entiende del negocio, de la industria del futbol y es muy bueno describiéndolo, contando historias, detectando contrapuntos. Ahora creo que nosotros los periodistas debemos hacer una autocrítica de nuestra jactancia del conocimiento del juego y, sobre todo, ahora que estoy de este lado, creo que es poco honesto que una persona pueda calificar viendo un partido a 28 protagonistas. Yo hoy humildemente y habiendo convivido con mucha gente, no te diría que se de fútbol. Escucho, me nutro y opino cuando me preguntan. Nosotros tenemos un plano distinto del que puede tener un entrenador, desde la terminología, la semántica. Ellos ven cosas que nosotros no vemos. El que está formado como técnico ve lo que no pasa. Yo siempre tuve claro que rol ocupar, hacer mi trabajo 11 puntos para que los jugadores y cuerpo técnico puedan trabajar con comodidad. Estar acá me enseñó a respetar el laburo de los entrenadores. Hoy es muy exigente llevar adelante un grupo. De todos modos, cuando los resultados no se dan mi función se confunde con la figura de un manager. Yo conviví con Julio Falcioni como entrenador, con Crespo, con Sanguinetti. Creer que desde la figura de un director deportivo, uno le puede imponer jugadores a estos entrenadores es como subestimar a estas personas y su trayectoria.

- ¿En la actualidad hay mucha gente que trabaja cerca del plantel profesional?

- Hoy tenés más de 20 personas trabajando alrededor del fútbol, entre cuerpo técnico y el staff del club. Sabemos que para competir con clubes que generan mayores recursos de que los disponemos nosotros, tenemos que tener al club en Primera División y que sea viable, para que esto suceda tiene que estar nutrido con jugadores de Inferiores. Pero esto requiere de mucha paciencia y trabajo. Hay políticas que son esenciales y marcan los lineamientos del club. Nosotros por ahí este último tiempo no trajimos refuerzos estrellas, pero invertimos la plata en que los chicos tengan un gran gimnasio, que los jugadores del plantel estén al día. Somos un club ordenado, pero tenemos un déficit operativo mensual. Con esta apuesta a las inferiores logramos que un ingreso extraordinario se transforme en lo más ordinario posible. Somos como el productor agropecuario, mientras sembramos somos austeros con lo que comemos, pero cuando cosechamos ordenamos la economía.

- ¿Y cuál es la causa principal del crecimiento de Banfield?

- Cuando yo era chico Lanús, Banfield, Talleres de Escalada, El Porvenir, Los Andes, Temperley eran más o menos la misma cosa. Y hoy hubo un crecimiento de Lanús y Banfield importante. Y esto es lo que uno trata de explicarle a los hinchas sub 30, que no vivieron esa etapa. El despegar de estos dos clubes tuvo que ver con tener metros cuadrados que el resto no tuvo. Lanús con su ciudad deportiva cerca del estadio y nosotros con la adquisición de este predio (de Luis Guillón) que se dio a principio de los 90. Esto comenzó a marcar un diferencial, y con esta gestión lo continuamos y estamos orgullosos de hablar del ADN banfileño y de tener un equipo plagado de jugadores de inferiores. Pero la bisagra se dio con la gestión de principios de los 90 que consiguió este predio, que es donde armamos nuestra fábrica de jugadores.


- ¿No es un poco cumplir un sueño ejercer esta función de Director de Fútbol en el club del que sos hincha?

- Soy un agradecido de la vida porque me di el gusto en el periodismo que era mi pasión. Después sentí que quería más protagonizar que contar. Y esto lo puedo hacer en el club del que soy hincha, y a su vez lo estoy haciendo con gente que nos conocemos de la tribuna. Teníamos esa ilusión cuando íbamos a la cancha y hoy lo estamos llevando a cabo. Y una de las cosas que más valoro de mi trabajo es la adrenalina de ver que cada siete días parte de lo que hago entra en competencia con otros. Cuando ganás te sentís el mejor del mundo y cuando perdés te querés matar.

- ¿Cuál es la mayor alegría que tuviste cumpliendo este rol?

- Lo que te voy a contar es una pavada. En la Copa Maradona, en el quinto partido jugábamos con Godoy Cruz en Mendoza. En función de otros resultados, nosotros con un empate nos clasificábamos para la etapa campeonato. Esa semana muere Diego, teníamos que jugar un viernes y yo tenía el vuelo para el jueves a la mañana. Me llama Eduardo el miércoles a la noche y me avisa que nos postergaban el partido. Yo le dije que por más que se juegue el sábado, teníamos que irnos ese jueves porque después por el tema de la pandemia capaz que no había vuelos y nos teníamos que ir en micro. El tema es como volvíamos, porque nuestro vuelo era el viernes a la noche. Conseguimos un chárter de Aerolíneas. Finalmente se jugó el partido, empatamos, nos clasificamos, conseguimos el chárter; salió todo redondo, y cuando entramos como si fuéramos el Manchester con el micro a la pista, todos los jugadores empezaron a cantar: “Es Carlos Carpaneto la, la, la”. Yo ahí casi me muero. Pero para que se entienda, mi rol no era poner tal jugador, mi rol era que esa parte de la logística se pudiera cumplir.

- ¿Pensás en volver al periodismo?

- El oficio nunca lo dejé de hacer, porque muchas veces hay que saber comunicar. Es más, me sirvió mucho mi trabajo y mi experiencia de editor. Lo que sí me gustaría es tener una columna en el medio que sea, dando otra mirada del fútbol. Porque tuve la chance de estar en los dos lados, entonces creo que puedo aportar algo. Pero la verdad que con lo que hice en el periodismo me quedé satisfecho. Cumplí mi sueño. Acá también tengo objetivos y sueños que cumplir. Una de las cosas que me preocupa cuando no esté más en el club, es saber cómo voy a vivir los partidos. Por ejemplo, el partido que más sufrí en mi vida fue Banfield 1 - Aldosivi 1, en el inicio de nuestra gestión en la B nacional. Y desde ese día entendí que nunca más iba a ser igual vivir un partido laburando en el club, que yendo a la cancha como socio e hincha.


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