“SE FUE UN GENIO”


6 May 2024 - Olé
VICENTE MUGLIA - vmuglia@ ole.com.ar
 
Pep Guardiola, a pedido de Olé, envió un texto con unas sentidas palabras sobre Menotti. Los elogios a César y el recuerdo de las más de 30 horas de charlas.

“ERA UN GENIO POR SU IDEA.
FUE EL MÁS GRANDE SEDUCTOR DEL FÚTBOL ARGENTINO”.
- El elogio de Pep para Menotti

TENÍAN UNA RELACIÓN AFECTUOSA Y UN CONTACTO MUY FLUIDO.

La noticia impactó a nivel mundial. Inmediatamente después de conocida la muerte de César Luis Menotti, distintos medios de todo el mundo comenzaron a difundir la novedad y a realizar un respetuoso homenaje a su figura. El ambiente del fútbol local e internacional lamentó su pérdida a la vez que valoró todo lo que significó el Flaco para este deporte. Y una de las personalidades más importantes del mundo del fútbol como es Pep Guardiola recibió la información con mucho dolor y tristeza. Confeso admirador del entrenador argentino, Pep aceptó enviar un sentido mensaje por el fallecimiento de César ante el pedido de Olé. El técnico del Manchester City escribió unas palabras a través de un sms (no utiliza whatsapp), a modo de humilde tributo al campeón del mundo de 1978.

Sus palabras. “Siento una gran tristeza porque se ha ido alguien con el que he compartido no menos de 30 horas de conversación maravillosas en las cuatro veces que visité Argentina. Para mí era un genio por su idea. Fue el más grande seductor del fútbol argentino… Escucharlo era una cátedra. César era todo... Ingenio, educación, inteligencia. Hacía de su palabra poesía y siempre fue fiel a sus convicciones. El estilo es innegociable decía siempre.

La última vez que visité Buenos Aires, en marzo de 2018, tuvimos otra cena maravillosa, larga, divertida... con todos los matices futbolísticos que a mí me apasionan. Solamente quería escucharlo.

Son muy pocos los que te dan tanto en vida que nunca se van...”.

Una relación estrecha. Se habían cruzado por primera vez en Barcelona, en la década del 90, con Johan Cruyff como nexo, cuando Pep era jugador del Barça y el neerlandés su entrenador. Pero aquel primer encuentro entre Menotti y Guardiola fue bastante efímero: un saludo cordial y apenas un pequeño cruce de palabras en una cena con muchos comensales.

En el 2006, luego del Mundial de Alemania y poco después de haber colgado los botines, Pep viajó por primera vez a Argentina. Lo hizo para acompañar a su amigo David Trueba, escritor y cineasta, quien lo había invitado. Como su idea era ser entrenador, llegó a Buenos Aires con dos misiones escritas en su libreta personal: juntarse con Menotti y con Marcelo Bielsa. Hacía unos años, Jorge Valdano y Ángel Cappa, en las charlas que solían compartir en España, le habían dicho que debía hablar con César. Y Gabriel Batistuta, cuando eran compañeros de equipo en la Roma, le fue claro: “Si algún día querés dedicarte a dirigir, entonces tenés que ir a ver a Bielsa”.

En aquel viaje pudo cumplir ambos objetivos.

Con el Flaco cenaron en Piegari, un restaurante de pastas en la calle Posadas, en el barrio de Recoleta. La charla, futbolera, duró hasta pasadas las tres de la madrugada. Fue como un amor a primera vista. Mutuo. Guardiola tomó nota de varias sugerencias del Flaco. Años después, consultado sobre aquella charla, Menotti relativizó sus consejos. “Muchos entrenadores jóvenes vinieron a verme durante todos estos años para charlar de fútbol, para escuchar algún consejo... Pero nadie me hizo tantas preguntas como Guardiola. Era una ametralladora. Pero él no necesitaba aprender nada. Él ya sabía todo”, aseguró.

A partir de ese encuentro, Pep y César mantuvieron el contacto, que se fortaleció con los años. Apareció el fabuloso Barcelona que enamoró a tantos, incluido al propio Menotti, quien sentenció en una columna que escribió en el diario Sport: “Guardiola es el Che Guevara del fútbol. Siempre decía que el revolucionario gana o muere en la pelea y, como él, su idea es inquebrantable y no la va a modificar nunca. Él quiere jugar bien, quiere adueñarse del espacio y de la pelota. Y también quiere manejar los tiempos del partido”.

En el 2013 y en el 2014, un Guardiola ya consagrado como entrenador regresó a la Argentina para dos conferencias abiertas a todo el público. Una en el teatro Gran Rex y otra, en el Luna Park. ¿Cómo terminó ambas noches? Sí, adivinaron: cenando con Menotti.

El último encuentro cara a cara fue en el 2018, mencionado por el propio Pep en su mensaje a Olé. Ahí también hubo una cena con una larga sobremesa en la casa de un amigo de Guardiola, en la zona norte de Buenos Aires. Al día siguiente, en un encuentro con el autor de esta nota, el entrenador catalán reconocía su admiración por su experimentado colega: “Es un sabio. Ojalá yo llegue a su edad con esa lucidez mental”. En los últimos años, el contacto fue telefónico y por mail, intercambiando saludos y mensajes futboleros casi siempre, con algunas excepciones como cuando César le envió un video de René Lavand, el famoso ilusionista argentino. ¿Por qué? Porque Menotti consideraba que Guardiola tenía algo en común en cuanto a alguien que despierta ilusiones en la gente: Lavand con la magia y Pep con el fútbol. El técnico argentino consideraba que el catalán estaba comprometido con el juego pero también con el espectáculo.

La muerte de Menotti dejó trunca una posible quinta cena. Alertado del débil estado de salud de César, Guardiola analizaba la posibilidad de viajar a Buenos Aires para visitarlo una vez concluida la actual temporada. No pudo ser pero, a juzgar por las sentidas palabras de Pep, la obra del Flaco en cuanto a todo lo que dio ya estaba más que finalizada. “Son muy pocos los que te dan tanto en vida que nunca se van...”.

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