ADIÓS A ROBERT REDFORD, UN GIGANTE DEL CINE


Sust Bouvard / Getty - 
Robert Redford, inmortal en la pantalla, en una imagen de su juventud

El actor, director, galán y activista cultural fallece a los 89 años en su casa de Utah

Nunca ganó el Oscar como actor, 
pero lo logró a la primera como director con ‘Gente corriente’

Con Paul Newman compuso en ‘El golpe’ 
la pareja de guapos más compenetrada y envidiada de la pantalla

Harto del control de los estudios, 
Redford fundó en 1981 el revolucionario festival de Sundance

17 Sep 2025 - La Vanguardia

De presencia magnética, conservando el pelo rubio que le hizo ser “el chico de oro”, Robert Redford soltó una carcajada y con acento dijo en castellano “no más Guardia Civil”.

Era uno de los recuerdos léxicos del casi un año que había vivido España, en Mijas, en la década de 1960.

Hace casi diez años de esa conversación, a finales de octubre del 2015, y el actor legendario del Hollywood todavía reminiscencia de aquel enclave de leyenda –cómo olvidar El golpe (1973) haciendo dúo de guapos con Paul Newman–, acababa de interpretar al mítico periodista Dan Rather en La verdad.

“La jubilación no es para mí”, recalcó. Robert Redford falleció ayer, a los 89 años, en su casa de Utah. Ganador de dos Oscar (uno como director y otro honorífico en el 2002), deja una larga lista de éxitos como actor y también director. Fue uno de los rostros más admirados de la gran pantalla y un espíritu nada conformista con el estrellato, un verdadero activista dentro y fuera.

Esa actitud le llevó a mantener una postura crítica con la gran industria, con el control de los estudios, y fundar la vía alternativa del festival independiente de cine de Sundance (Utah) en 1981, la plataforma que sirvió para entrar en el negocio a cineastas que empezaban, y con ideas diferentes, muchos de los cuales alcanzaron el podio de la fama y el éxito.

“¡Claro que me gustaban los halagos al principio! Luego vinieron los nervios por saber qué iba a hacer con mi vida. Hice un experimento conmigo mismo sobre mi imagen en público. Puse una nota en mi despacho: ‘Somos objetos’, porque me sentía tratado así y me preocupaba, de no tener cuidado, acabar siendo un objeto. Por eso siempre analizo cómo me comporto, y la forma de hacerlo ha sido refugiarme lejos, en la naturaleza, en mi familia. Pero no es fácil”, confesó en aquella entrevista realizada en Nueva York.

Tal vez esa receta le permitió sobrevivir a tantos y tanto elogios y seguir siendo un tipo que permitía la proximidad y hacía que el otro se sintiera cómodo pese al aura que atesoraba.

Para Redford, interpretar a Rather, a un periodista, no le era ajeno. Uno de sus bombazos fue ponerse en la piel de Bob Woodward, junto a Dustin Hoffman haciendo de Carl Bernstein, en Todos los hombres del presidente (1976), extraordinaria escenificación de los dos reporteros del The Washington Post que desvelaron el caso Watergate y que llevó a la renuncia del presidente estadounidense Richard Nixon en 1974.

Su muerte se produjo en su hogar junto a las montañas de Provo y fue anunciada por Cindi Berger, directora ejecutiva de la firma publicitaria Rogers & Cowan PMK. Berger explicó que el fallecimiento se produjo mientras Redford dormía, sin especificar causas concretas.

Charles Robert Redford Jr. nació el 18 de agosto de 1937 en Santa Mónica, California. Su atractivo le abrió camino desde la televisión y el teatro hasta el cine. Becado para jugar a béisbol, años después encarnaría a un veterano bateador en El mejor (1984). Tras estudiar arte y pasar por la American Academy of Dramatic Arts, debutó en Broadway a finales de los 50 y apareció en series como La dimensión desconocida y Los intocables.

Estuvo casado en dos ocasiones, la última con Sibylle Szaggars. Tuvo cuatro hijos, de los que dos murieron: Scott Anthony, fallecido en 1959 siendo bebé, y James Redford, activista y cineasta, fallecido en 2020.

Dada su aversión a Hollywood, siempre reclamaba que los filmes en los que participaba tuvieron un cierto peso cultural, en no pocas ocasiones remarcando tópicos como el dolor y la corrupción política.

La lista de títulos, además de ese par de cumbres ya citados, incluye cimas como Dos hombres y un destino (1969, donde ya compartió con Newman) o Los tres días del cóndor (1975). Por El golpe recibió la primera y única nominación al Oscar como actor, a pesar de que desde el inicio se convirtió en uno de los favoritos del público global.

Era un verdadero sex symbol que igual participaba en comedias románticas, que en thrillers o dramas. Compartió protagonismo con las mujeres del momento, como Jane Fonda ( Descalzos por el parque, 1967, su trampolín en el cine), Barbra Streisand ( Tal como éramos, 1973) o Meryl Streep (Memorias de África, 1985).

Cumplidos los 40, Redford decidió dar el saltó a la dirección y el éxito fue inmediato. Su primer trabajo detrás de las cámaras, Gente corriente (1980), sobre una familia de clase media desintegrada tras la muerte de un hijo, ganó el Oscar a mejor película y otras dos estatuillas doradas.

Ese fue su gran punto culminante, pero no el final de una carrera que hizo en su nombre y en el de otros, que sirvió para plataforma de muchos más.

En Sundance descubrió a talentos como Steven Soderbergh ( Sexo, mentiras y cintas de vídeo, 1989). Directores como Quentin Tarantino, James Wan, Darren Aranofsky, Robert Rodríguez o Ava Du Vernay, entre otros muchos, se forjaron en esa escuela.

“Los poderes amenazan a la naturaleza. En Sundance [así se refería a sus terrenos en Utah], he dejado mis 2.400 hectáreas a la vida silvestre. Cuando traspasas la cerca, afuera solo ves hormigón, cemento, grúas, esa es la actividad a nuestro alrededor: desarrollo, desarrollo, dinero, dinero”, dijo en la entrevista.

Por aquellas fechas todavía no se intuía la dimensión del gran cambio que se avecinaba en Estados Unidos con la llegada de Donald Trump al poder. Pero Redford pareció visionario. “Me deprime el control político del periodismo”, afirmó.

En su curiosidad, preguntó por el procés en Catalunya, pero no quiso mojarse: “No conozco lo suficiente para opinar”. 

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