Argentina y un duro examen en la final: Colombia


GETTY - Davinson Sánchez se trepa a Lerma, autor del gol de Colombia, y se suma Luis Díaz; 
el equipo dirigido por Néstor Lorenzo dio una muestra de madurez

En un partido electrizante, el equipo de Néstor Lorenzo derrotó por 1-0 a Uruguay, extendió a 28 partidos su invicto y se clasificó para disputar con la Argentina la final de la Copa América, el domingo a las 21, en Miami

11 lug 2024 - LA NACION
Claudio Mauri

La Argentina tiene rival para definir el domingo la Copa América: Colombia, que anoche venció 1-0 a Uruguay, con un cabezazo de Jefferson Lerma, en un electrizante partido en Charlotte. El conjunto dirigido por el argentino Néstor Lorenzo tendrá dos bajas: Daniel Muñoz, expulsado, y Richard Ríos, lesionado. La Argentina tiene rival para la final del domingo. Será esta Colombia que también se acostumbró a ganar como el equipo de Lionel Scaloni. A su invicto de 28 partidos –25 de la mano de Néstor Lorenzo– le agregó una perla para exhibir con orgullo. Consolidó su imagen de seleccionado robusto para sacar a un costado al Uruguay de Bielsa, en una semifinal disputada como si no hubiera un mañana por lo que se exprimieron los dos. Un choque para la taquicardia, tremendo, el mejor de la Copa América. Colombia lo empezó a ganar con 11 y defendió con 10 el 1-0 durante más de 50 minutos. Colombia jugó cuando pudo, fue oportuno para ponerse en ventaja y se defendió como un león.

Los dos a fondo, por cada pelota y metro de la cancha. Salieron a batirse con la disposición del que deja todo, y algo más, por ser finalista. Una batalla táctica y física, con intensidad de Premier League y el agonismo sudamericano. Un combo ideal, flamígero adentro y atrapante para el espectador.

Bielsa se vio obligado a reacomodar la formación por las bajas de Ronald Araujo y Nández. Ingresó Bentancur y Ugarte, habitual volante central, retrocedía para meterse en una línea de tres zagueros. Bentancur, con la misión de tapar a James Rodríguez, la zurda que mueve a Colombia en tres cuartos de campo.

Si bien Uruguay se desvive por la posesión, fue Colombia el que controló un poco más la pelota. De ambos lados, nada de lateralización, enseguida la búsqueda se hacía vertical. El lateral Muñoz era un turbo por la derecha. Luis Díaz, por la izquierda, recurría a todo su repertorio de fintas. Colombia mueve la pelota, pero también se impone por músculo y entrega.

Un cabezazo de Muñoz apenas desviado fue el primer aviso. Uruguay también se sintió en su salsa, un partido a toque de corneta, de meta y ponga, con intérpretes que además saben con la pelota. Cuando la acción pasaba por los pies de Valverde, Bentancur o De la Cruz, Colombia sufría. Y bastante. Si no padeció más en el primer tiempo fue porque tres definiciones, dos de ellas desde posiciones muy favorables, se fueron desviadas. Al goleador se le movía el arco, no estaba fino, justo en un encuentro que no daba para derrochar ocasiones. Colombia volvió a inquietar con un cabezazo de Córdoba, un centro-delantero tanque. De un triple choque, que incluyó a un compañero, Bentancur salió con una renguera que minutos después obligó a su reemplazo. Entró el lateral Varela, otra recomposición táctica de Bielsa.

Momento de desconcierto de Uruguay que Colombia se lo hizo pagar con su especialidad: la pelota detenida. Con James como ejecutor del centro que el volante Lerma, con un salto imponente para superar a Giménez, cabeceó de pique al piso para el 1-0. Sexta asistencia de James en el torneo y quinto tanto de cabeza de Colombia.

Más carbón para el fuego que era el partido: Ugarte lo provocó con un manotazo a Muñoz, que reaccionó con un codazo. Tarjeta roja para el pistón colombiano. Lorenzo rearmó la línea de cuatro con el ingreso de Santiago Arias, pero no quitó a un delantero, sino a un volante (Jhon Arias). Bielsa envidó con un media-punta (De Arrascaeta por un defensor (Mathías Olivera) y un cambio de nombres para el extremo derecho (Cristian Olivera por Pellistri).

El partido se hizo más áspero y cortado. Había cambiado el tablero: Colombia achicó líneas hace atrás y Uruguay ponía cada vez más hombres por delante de la línea de la pelota, con la entrada de Luis Suárez, el cuarto delantero que sumaba Bielsa. El encuentro requería de jugadores habituados a las instancias decisivas.

La batalla se seguía cobrando soldados: Richard Ríos salió con los tapones marcados en una rodilla, tras un encontronazo con Núñez y Araujo. Uruguay fue arrinconando cada vez más a Colombia. Un remate de Suárez dio en un poste. Valverde también probó de media distancia. La resistencia colombiana empezaba a hacer agua y Lorenzo mandó a un tercer central para tapar alguna avería. Luis Díaz quedaba arriba para jugar al llanero solitario.

Con Uruguay volcado en campo rival, Uribe tuvo el 2-0 en dos oportunidades. Final dramático, estresante. Uruguay se hundió como lo manda un equipo de Bielsa, quemando las naves. Colombia sacó pecho y va a jugar la segunda final de la historia, prometiendo hacérsela muy difícil a la Argentina.

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